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Mi experiencia en Navojoa, Sonora

Mi nombre es Diana Berrones Esparza, tengo 23 años, mi experiencia fue en la Casa Hogar en Navojoa Sonora.

Cuando nos dijeron en donde sería nuestra experiencia, me emocione mucho porque desde hace tiempo tenía la inquietud de hacer un voluntariado, en esos momentos volví a confirmar que los planes del Señor son perfectos y Él sabe en que momento suceden sus proyectos, solo es cuestión de ser pacientes y confiar en su voluntad. Sabía que era una gran oportunidad que me ayudaría personalmente para seguir descubriendo la voluntad del Señor. Desde ese día, ofrecí mi oración por las niñas y las sores con las que estaríamos por dos semanas, estaba muy contenta por conocerlas y poder vivir cada momento de estas dos semanas.

El día que llegamos a la casa, me sentía nerviosa por ser un lugar nuevo y muy entusiasmada de estar dos semanas conviviendo y conociendo una obra diferente de las Salesianas. Las niñas y las sores nos recibieron con alegría y abrazos los cuales me ayudaron mucho, porque mis nervios empezaron a disminuir, algo que me agrada y lo que pude vivir en esta experiencia, es cuando vas a una comunidad salesiana te sientes en casa, te reciben con alegría y en esta ocasión las niñas y la sores así me hicieron sentir en confianza, acogida por ellas.

Hubo varios momentos que disfrute y uno de ellos fue cuando rezábamos el rosario en la capilla y ver a las niñas que rezaban, es ahí donde el Señor me mostraba su amor en cada una de ellas, ver como desde la más pequeña se sabía el ave maría y padrenuestro, me llenaba de alegría. Platicar con las niñas, me agradaba y lo disfrutaba porque era una oportunidad para conocerlas, saber sus gustos y lo que hacen todos los días, en estas dos semanas agradezco al Señor porque conocí a cada una de las niñas y un poco de su vida.

Conocer a las sores que están en la comunidad con las niñas y verlas como están al pendiente de cada una de ellas, me hace ver el amor a su vocación, son un gran testimonio, que transmiten alegría por lo que hacen. Las sores son unas personas que quiero mucho porque me han acompañado parte de mi vida, porque siempre están al pendiente de cada uno de los niños y jóvenes que se les confían.

Lo que me deja esta experiencia es una sensación de felicidad y de seguir trabajando por los niños y jóvenes, agradezco a Dios por esta oportunidad y por nunca dejarme sola, a la Virgen María por siempre interceder por mí, soy feliz porque conocí una obra nueva de las Hijas de María Auxiliadora, me ayudo para seguir creciendo como persona. Conocer a cada una de las niñas y ver su sencillez, sus muestras de amor en cada momento, es lo que más agradezco.



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