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Semana Vocacional 2017-2018

“DIOS NOS LLAMA A SER MISIONEROS DE ALEGRÍA Y ESPERANZA”


Hoy en los "Buenos Días" conoceremos más a Sor Juana Borgna.


Comenzó la vida misionera en Uruguay, después pasó a Argentina (Patagonia), en seguida fue enviada a Ecuador y después a Perú.


Murió a los 85 años, después de 68 años de vida misionera ad gentes. Cuando partió de Génova para Uruguay tenía 17 años de edad y 2 meses de profesión. Sor Juana era una mujer anclada en Dios.


Un breve testimonio que viene de la Inspectoría Sagrado Corazón (ECU) sobre Sor Juana Borgna.

«La primera actividad que realiza es la visita a las hermanas de la misión de Gualaquiza; pasa con ellas casi un mes consolándolas y animándolas, en la soledad y desamparo de la selva. Ecuador vive un momento histórico difícil donde solamente los héroes o los santos podían dar batalla, sin dar una paso atrás; como Visitadora ya conocía esta nación con sus problemas, y las fundaciones hechas hasta el momento.


La misión de Gualaquiza está en el corazón de la selva donde ni las mismas fieras y víboras se sentían de poder vivir: lluvias torrenciales, vientos que se llevaban el techo de la frágil choza donde las hermanas vivían al amparo del Padre Dios, sin pan ni abrigo, sin luz ni seguridad alguna, en compañía de la luna, las estrellas, un sol sofocante y agotador, lejos, muy lejos de los nacientes poblados.


El corazón amoroso y samaritano de la madre Juana, no pudo soportar esta dura realidad. Ora, ora mucho, consulta a las superioras de Italia, ofrece sacrificios para discernir y ver la voluntad del Señor sobre esta fundación y con valentía decide retornar y llevarse a sus hermanas hasta que se creen las posibilidades humanas mínimas para su reapertura. Dice al respecto Sor Elisa Cortez que vivió esta difícil experiencia: “la pobreza extrema no le asustó, oraba sin descanso y lloraba con nosotras, pero le abrumaba los peligros de todo género, que corríamos y las deudas que habíamos contraído para subsistir”.


Características de Sor Juana son: el amor a Dios, la oración, entrega y servicio a los hermanos. Movida por el ardor misionero y las necesidades de la Iglesia del Ecuador, funda el Asilo San José en la población del Sígsig, el “Asilo Sotomayor y Luna”, hoy Colegio “María Auxiliadora” en Guayaquil y la casa “María Auxiliadora de Chunchi. Obras, todas dedicadas a la evangelización y a la educación de las niñas y adolescentes del pueblo, para las más pobres. En cada una de las fundaciones la Madre Juana estuvo dinámicamente presente, para conocer los lugares, las personas y encontrar los recursos y proceder a las firmas correspondientes. En todos los lugares fue recibida con alegría, confianza y reconocimiento».


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