Mi vocación
Mi nombre es Sor Lorena Alejandra Palacios Castillo, soy del Estado de Nuevo León, México, nací en la ciudad de Monterrey. Mis Padres son Juan Palacios Gámez y Leonila Castillo Martínez, quien murió en el 2015. Tengo tres hermanos, sus nombres son: Juan Eduardo, Rocío y Víctor Hugo.
Mi llamado a la vida religiosa inició a los 19 años, tal vez antes de manera escondida, como esa semilla que es echada en tierra y en el silencio y la oscuridad va muriendo para dar vida, así que cuando creí que ya era hora de entregar mi vida a Cristo ingresé a un Instituto Religioso de reciente fundación, que estaba cerca de mi casa. Allí el Señor fue consolidando el llamado, pero no el destino, ya que salí de ese Instituto por situaciones difíciles que se estaban viviendo.
Después de allí busque “rehacer” mi vida en el mundo, pero la elección que Dios hace es muy fuerte, así que me condujo por nuevo caminos, llegando a trabajar al Colegio Excélsior, un colegio de las FMA, de esta manera reavivó el fuego de su amor en mi corazón al ver el espíritu de familia y el apostolado, al principio me rehusaba ante este sueño, pues veía dos dificultades mi edad y la experiencia de vida religiosa en el otro Instituto, por lo tanto muy difícil, así que no me hacía ilusiones, hasta que me invitaron a estudiar en la Escuela de Espiritualidad Salesiana, en esa experiencia me sentí nuevamente amada y elegida por el Señor, una sor me invitó a ser salesiana, pero por los impedimentos ya mencionados yo le dije que no se iba a poder, a lo que ella me contestó: “Nada es imposible para Dios”, de allí me canalizó con la encargada de la animación vocacional, que solo me dijo: ¿tú quieres ser religiosas salesiana?, después platicamos… y así fue que continuó mi llamado a la vida religiosa, ahora Salesiana, con un proceso distinto que me ha llevado a darme cuenta que desde antes ya tenía el sello salesiano, que había sido elegida para esta hermosa vocación de ser Hija de María Auxiliadora, ahora sigo preparándome para la consagración religiosa total, para ser ¡toda de Jesús! Y llevar a cabo su misión: “la salvación de las almas jóvenes”, sabiendo que cada día estoy en su presencia y solo su Gracia me basta para vivir la santidad al estilo de FMA.
Cada día pregunta a Jesús ¿Qué quieres de mí?... Y responde.
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