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Mi experiencia en Casa Hogar Claret

Las semanas del 14 al 28 de enero tuve la posibilidad de vivir la experiencia en Navojoa Sonora, específicamente en la casa Hogar Claret.

En esta nueva experiencia de mi vida, y de mi formación puedo decir que aprendí muchas cosas; el convivir con las niñas me pareció algo extraordinario, movió en mi muchos sentimientos, recuerdos y conocimientos; con las sores (S. Martha, S. Julita y S. Guille) pude observar la gran riqueza que tiene la congregación ya que en cada una vi sus virtudes y grandes capacidades, pero lo que más me conmovió fue que las ponen al total servicio de las niñas.

Debo decir que esta obra requiere el tiempo completo de las personas, porque es el cuidado todo el día de las niñas, pero vale la pena, porque recibes más de ellas que lo que les ofreces.

Respecto a lo que me toco hacer, fue la asistencia con las niñas, más específicamente con las pequeñas, las cuales son tres hermosas, ocurrentes y espontaneas niñas, llamadas Paola, Lupita y Yocelin; lo que hice esas dos semanas fue levantarlas por las mañas, ayudarles en la tarea, bueno como ya lo dije asistirlas, pero a esa palabra yo le agregaría algo más, porque no solo era asistirlas, con todo el significado de la palabra, sino que era algo más, puedo decir que llegue a experimentar algo maternal, ya que las niñas te demostraban su amor a cada momento, y con el simple hecho de poderlas contemplar me sentía llena, a pesar de que era un poco cansado, pues son muy activas y yo las acompañaba en sus actividades, pero al verlas me llenaba de ternura, y más con las ocurrencias que tenían. También con las niñas y jovencitas más grandes de la Casa Hogar (Briseyda, Yazmin, Luz, Rebeca, Génesis, Esmeralda, Marisol) pude convivir en los momentos de la comida y estudio, y me quede con un bonito recuerdo de cada una, porque muy fácilmente se les tonaban sus cualidades, y se nota que le echan ganas, y que saben aprovechar y valorar lo que se les ofrece; algunas veces si eran un poco difíciles de tratar, pero comprendí que era por la edad en la que están, pues la adolescencia es una etapa un poco difícil, pero en general, me sentí muy acogida por toda la comunidad, tanto de las sores como de las niñas.

Otra de las cosas que realizamos, y digo realizamos porque mi experiencia la viví junto con mi compañera Diana, que también es aspirante, bueno las actividades que pudimos hacer fue convivir con los jóvenes y niños del oratorio, con los cooperadores salesianos de Navojoa, muy comprometidos, y también tuvimos la oportunidad de estar en la comunidad en el momento de la visita de Sor Myrna, donde las niñas le presentaron varios numeritos, muy lindos y le dieron las gracias por los 6 años de su servicio como inspectora. También tuvimos la oportunidad de visitar el colegio de Obregón y echarle un vistazo, y a la comunidad de las sores para conocer más obras de las FMA.

Para finalizar, puedo decir, que estoy verdaderamente agradecida con la experiencia vivida, llena de nuevos aprendizajes, con una vista un poco más amplia sobre el instituto, con mi vocación más decidida, más enamorada de Jesús, y con las sores y las niñas en mi corazón, porque realmente se lo robaron.


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