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Mes misionero Octubre 2017

“SOMOS FAMILIA, Y CON JESÚS EN EL CORAZÓN, MISIONEROS DE ALEGRÍA Y ESPERANZA”


La Cronohistoria del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora en el Capítulo 2 nos narra algo bello y al mismo tiempo curioso.

Nos dice que antes de que el padre Costamagna abandonara Mornés, (él salió con el primer grupo de misioneras), desapareció de la Capilla del Colegio el Cuadro de María Auxiliadora, el mismo que el padre Pestarino se había hecho regalar y bendecir por Don Bosco para esa querida Capilla. Era una de las primeras y pocas reproducciones de la Virgen de Valdocco.

Todas pensaban que el Director (el padre Costamaña) se lo habría llevado para consolarse delante de María Auxiliadora por la pena que le causaba la despedida de Mornés y la comunidad de las hermanas, y esperaban que pronto lo devolviera.

El padre Costamagna, en cambio, se lo entregó a Sor Teresa Mazzarello (que era una de las que formaban el equipo de misioneras), pidiéndole guardarlo hasta la llegada a tierra de América, ya que piensa llevarlo a su nuevo destino y conservarlo como recuerdo de Mornés. ¿Quién es capaz de impedírselo? Por otra parte, también las misioneras se alegran, y custodian el cuadro como un precioso tesoro.

Poco después, mientras todas están en torno a Madre Mazzarello, en esos últimos momentos de despedida, aparece el padre Cagliero con otro hermoso lienzo que representa a María Auxiliadora con un gracioso niño sonriente en sus brazos. «Lo robé de la Sacristía de Valdocco, dice graciosamente, lo robé para ustedes.

Lo pintó un señor, enfermo de la vista y a punto de quedarse ciego. Recurrió a Don Bosco, el cual, después de guiarle un poco el pincel sobre el lienzo, lo bendijo. En aquel momento, el enfermo se sintió curado y nos ha regalado esta Virgen tan hermosa. ¡Sólo verla da alegría! Don Bosco lo ha bendecido de nuevo y se lo manda a las misioneras. «es para que se lo lleven, y que la Virgen las bendiga y las acompañe en este largo viaje».

Así que las misioneras partieron llevando estos dos cuadros de María Auxiliadora, cuadros por cierto muy significativos. Uno por ser el que se veneraba en la Capilla de Mornés, la primera casa de las Hijas de María Auxiliadora y el segundo, porque representa a María Auxiliadora con un niño particularmente sonriente.

No podemos dudar que María Auxiliadora acompañó a esas hermanas misioneras no sólo en su viaje sino en toda la misión que fueron desempeñando. Los dos cuadros se conservan todavía. El primero en Almagro, Argentina en el Centro de Espiritualidad Misionera y el segundo en Villa Colón (Montevideo), Uruguay.Los invitamos a conocer el segundo cuadro que ciertamente despierta gran simpatía al ver la sonrisa del Jesús Niño.



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