Novena de Navidad, Séptimo día
Propósito: Hoy daré algo material a quien lo necesite y también daré mi tiempo y atención.
Mira lo que posees ¿cuánto hay que realmente no necesitas?
Pido al Señor su gracia para hacerlo en esta novena.
La generosidad es la capacidad de dar con desinterés, es la virtud en la cual el amor le gana la carrera al egoísmo.
Es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la profundidad de un amor que no se agota en las palabras.
Y eso es lo que celebramos en la Navidad: el gesto sin par de un Dios que se da a sí mismo. Lo destaca San Pablo: “espero que también se distingan en generosidad... Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza”.
Es un pasaje bíblico en que el apóstol invita a los Corintios a compartir sus bienes con los necesitados. 2Cor 8, 7 – 15.
Sabemos amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando damos lo mejor de nosotros mismos en lugar de dar sólo cosas.
Tomemos pues, la mejor decisión: dar cariño, afecto, ternura y perdón; dar tiempo y dar alegría y esperanza.
Son los aguinaldos que más valen y no cuestan dinero.
Demos amor, como decía San Juan de la Cruz: donde no hay amor pon amor, y sacarás amor.