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Al escucharlo pronunciar mi nombre

Testimonio vocacional

Soy Sor Selene Montaño Alcaraz, tengo 28 años de edad, soy Sonorense, de Hermosillo. Ahora vivo en Monterrey, formó parte de la comunidad San Juan Bosco, soy Juniora de 1er año.

Hace unos 10 años, buscando propuestas para los chicos de mi Parroquia, encontramos a los Amigos de Domingo Savio (grupo del Movimiento Juvenil salesiano) y ahí tuve el primer contacto con la Familia Salesiana y me quedé enganchada con el Carisma.

Luego, la vida, o mejor dicho, el Señor de la vida, me hizo coincidir con figuras que se volvieron significativas (jóvenes salesianos, salesianos de Don Bosco, Hijas de María Auxiliadora, Salesianos Cooperadores) y que me invitaban con su vida a ser uno de ellos.

El sueño original era salesianizar Hermosillo, llenarlo del carisma de Don Bosco y entonces sentí el llamado de Dios: ¡te quiero a ti!, tú serás a quien salesianice primero. Incomprensible petición que me tomó tiempo comprender y a la vez sé volvió la inquietud de todo mi ser.

Así, mientras el acompañamiento me abría los ojos a la opción Vocacional, el Espíritu me impulsaba a estar con los jóvenes y mis esfuerzos intelectuales y de energía los vertía en el estudio de la educación y el apostolado entre los adolescentes. Acabada la etapa de estudio en casa, comienzo a decidirme por dar el salto de fe y confiar en que algo nuevo me ayudaría a descifrar las inquietudes del corazón.

Entonces, salí de mi tierra, dejé mi casa y acepté la invitación a ser voluntaria, lo que después se transformó en etapa de discernimiento.

Comienzo la formación y en ella un camino de reconocimiento de mí misma y de la voz del Señor abriéndose paso en la sombra para nombrarme.

Al escucharlo pronunciar mi nombre lo imposible se hizo posible y así con mi historia, mis cualidades y límites, Jesús me ha invitado, a seguirlo y lo he descubierto un poco como lo hizo Pedro a quien llamó de "pecador a pescador de hombres" y a mí de "pecadora a educadora".



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